martes, 10 de diciembre de 2013

Duelo y Significación

La muerte de un ser querido, se siente como pérdida de parte de uno mismo, como si con él se fuera una fracción de nuestro sentido vital, se vivencia como fragmento de la propia muerte. Estas vivencias son proporcionalmente mas intensas cuanto mayor es el vínculo con el/la fallecido/a.

Es, en muchos casos, el comienzo de una nueva etapa, en principio muy difícil. En el caso de la persona admirada, del cónyuge, o de la persona con la que se ha vivido mucho tiempo, produce el efecto de fraccionamiento vital, que es como una parte de la misma muerte.

Esta situación del individuo doliente requiere de una elaboración adecuada, preferiblemente supervisada, que lleva a término la reintegración y normalización cuando se alcanza una "resignificación" de la misma pérdida. Ejemplo reciente e inmediato en el fallecimiento de Nelson Mandela y cómo su biografía estimula la idea de "hace merecer la pena...".