domingo, 31 de mayo de 2015

Cinco cosas que debes saber para elevar tu Inteligencia Emocional

Las emociones frente a las razones: Sólo el sobreentrenamiento o la práctica y exposición habitual en Simulacros de Emergencia permiten probarnos y estar preparados frente a la elección de la razón frente a la emoción que se elicita ante estímulos incondicionados, novedosos y contagiosos de la respuesta de estrés de nuestra pareja, hijos o compañeros de trabajo en una situación de crisis.

Nuestro subconsciente contiene, almacenados durante más de ciento cincuenta mil años de experiencia, las reacciones automáticas e impulsivas más eficaces en situación de amenaza de pérdida del bienestar o supervivencia, frente a la conciencia entrenada por los modelos familiares y culturales durante los años de edad de cada uno. El ataque o la huida, por tanto, serían los grupos de reacción emocional más esperables en el caso de alteración del bienestar diario. 
Las expectativas más probables que los individuos mantienen acerca de los demás, intervinientes en un conflicto personal, van desde el liderazgo emocional eficiente (Inteligencia Emocional) hasta la proyección de la “culpa” (agresor o víctima). La inteligencia emocional, o la mayor capacidad para una buena gestión de las emociones propias en un episodio estresante, van a ser determinantes de una buena eficiencia de las relaciones personales.
Los factores implicados en la Gestión de las emociones propias son:

1.- Autoconocimiento
2.- Autocontrol
3.- Automotivación
4.- Empatía
5.- Sociabilidad

Los factores están en forma de jerarquía inversa. La destreza del primero facilita el siguiente, y el último, la Sociabilidad, incluye todos los anteriores.

¿En que nos beneficia la correcta administración de nuestras emociones?

·         Incrementa la autoconciencia.
·         Nos  facilita elegir aptitudes que nos hacen tolerar  las presiones y frustraciones.
·         Mejoramos nuestra capacidad de trabajar en equipo.
·         Nos ayuda a crecer socialmente.
·         Aumenta la motivación y otorga capacidad de liderazgo.
·         Nos brinda más posibilidades de éxito y desarrollo personal.

¿Y cómo puedo elevar mi Inteligencia Emocional?

1.- Investiga acerca de tus miedos, fortalezas y debilidades, con una actitud autocrítica a la hora de reconocer las personas y situaciones que te afectan.

2.- Confía en tus decisiones, has elegido la mejor de las que dispones ahora, más tarde habrá otras opciones que escoger pero creadas por la primera decisión.

3.- Comprométete con tus objetivos, toma la iniciativa e innova en relación a la última vez.

4.- Escucha a los demás, conoce sus necesidades poniéndote en su lugar.


5.- Sé amable en el seguimiento de las normas de cada sitio, saluda por su nombre a cada persona y colabora en equipo siempre. 

domingo, 3 de mayo de 2015

¿Qué puedo hacer frente a la angustia primaveral?

Es común en estas fechas, en las que se produce un asentamiento de la Primavera, un incremento en las consultas acerca de estados de ansiedad que se describen como de inquietud, de contención de una respuesta inespecífica ante un estímulo también desconocido (un "no sé lo que quiero"). A veces, en determinadas personas con antecedentes personales por crisis estacionales, esa angustia lleva a un estado similar a la depresión por percepción de indefensión ante la ausencia continuada de cambios en nuestro entorno (un "no me encuentro bien con nada" o al contrario, un "nada me hace sentir bien").

Es también frecuente canalizar dicho síndrome subclínico (leve) ansioso depresivo hacia deseadas soluciones "casero compulsivas" del tipo: tengo que perder peso (ya); tengo que reordenar mi casa (ya); tengo que poner al día todos mis papeles (ya)... y una larga lista de ideaciones similares, que se ven en si mismas complicadas y sin logro, generalmente por esa condición temporal imposible de cumplir, y que añaden, sin pretenderlo, todavía más tensión.

Pero aún se puede complicar más. Es común que creamos resolverlo con iniciativas que hemos escuchado en nuestro entorno familiar o de amistad, del tipo: automedicación o alteración, a nuestro modo, de la prescripción médica previa; abuso puntual de bebidas alcohólicas u otras sustancias depresoras del estado de conciencia; extraños ayunos para controlar una alteración digestiva; apasionamiento con una actividad que inhibe las demás y altera los hábitos normales, incluso los del sueño y la alimentación (buff).

En cualquier caso..., llega la primavera tardía o el verano anticipado que lo resuelve todo. Tan rápido a veces que, no nos da tiempo a analizar qué ha pasado o cuándo y por qué se ha resuelto, generando una "amnesia" o vacío de experiencia que lleva a que dicho síndrome se perpetúe en los futuros cambios de ciclo. La actividad normalizada, la adaptación plena a los hábitos horarios, alimenticios, la temperatura o cualquier otra condición cambiante hasta ese momento, se ha encargado de recuperar la normalización tan anhelada y sólo nos queda tiempo para vivirla y disfrutar de ello.

Si nos vemos reflejados en la descripción anterior de signos y síntomas es preferible que hagamos algo:
1.- Es bastante probable que seamos vulnerables a la "Astenia Primaveral", un término médico (no patológico) que se refiere a la sensibilidad especial de algunas personas al cambio de exposición a las horas de luz y de ciclo hormonal que se producen de forma universal en estas fechas. Es importante saberlo para conocernos mejor y realizar una correcta interpretación de nuestras sensaciones internas.

2.- Al igual que el resto de los seres vivos, sufrimos cambios estacionales que, en el paso de la primavera al verano, se producen en forma de brote, de emergencia, de impulsividad, que no requieren de otra respuesta racional que la de prepararnos para los cambios que vayamos programando a partir de la experiencia del verano pasado y/o anteriores.

3.- Acudir a la reflexión asertiva o la meditación para definir el mejor tipo de respuesta específica al conflicto interno que surja. Dar salida de forma irreprimible a una tensión usando (dejándose llevar por) la explosión conductual y/o el castigo (hacia los tuyos o hacia ti mismo) tiene consecuencias aún peores, y no resuelve el conflicto inicial.

4.- Evita el consumo de alcohol u otras sustancias psicoactivas, el ayuno, la automedicación o cualquier otra compensación extrema.



Un abrazo,
@telepsicologia1