viernes, 23 de diciembre de 2011

Navidad y Desorden Alimenticio


Sorprende el dato de que más de la mitad de los diagnósticos en los trastornos de alimentación, que siempre nos recuerdan a la anorexia nerviosa y hábitos purgativos, son en realidad trastornos de la conducta alimentaria no especificados (TCANE).

En la clínica habitual de estas alteraciones es frecuente el diagnóstico de Trastorno A. por atracones, de A. por sobreingesta compulsiva o cualquier otro tipo de hábito que tiene como consecuencia el malestar del paciente, un riesgo para su salud si existe otro problema físico o un trastorno de Obesidad crónico.

Sorprende también el hecho evidente de que este tipo particular de síndrome se acusa con mayor frecuencia en fechas como esta en las que nos mueve un impulso a consumir estimulados por la cultura, la presión comercial y una tolerancia social al abuso en la ingesta.

Si se valorase nuestro comportamiento en relación a la ingesta en ese segmento de tiempo resultaría un ambiente nocivo de tolerancia poco saludable que sugeriría su evitación, una frustración acumulada que se compensa con la comida o la cena de ese día, y un ensayo más (reforzado positivamente) que nos dirige a un problema de salud crónico. Esto es, poco que añorar en el caso de encontrar una motivación para modificar hábitos justo ahora, en esta ocasión que podemos significar de ese modo.

Ánimo...


domingo, 18 de diciembre de 2011

Distorsiones estadísticas

¿El siguiente evento para evadirse? ¿El contenido de pensamiento recurrente favorito que nos aísle de nuestros particulares fantasmas?

El Sorteo de la Lotería de Navidad, claro. Sorprende como logra su campaña de sensibilización, desde hace años, hacernos creer a la gran mayoría de que vamos a resultar agraciados con el premio máximo. Cuando en realidad las probabilidades de que nuestro número resulte seleccionado son más que remotas, mantenemos una ilusión cuasi mágica, y muy cercana a la ideación obsesiva compulsiva de contenidos varios.

El inconveniente: la posibilidad de que resultemos alcanzados por el premio es muy inferior a ser alcanzados por una teja cuando salimos a la calle un día de viento. Ambas contingencias, ambas percepciones de futuro, la positiva y deseada como la negativa y "accidental", correlacionan. A medida que vayamos creyendo en una probabilidad tan remota como positiva, vamos aceptando la vulnerabilidad ante lo accidental o en la suerte (vs. autodeterminación).

La solución: el refuerzo del "locus de control interno". Esto es, la racionalización de las expectativas y la confianza en el logro de las mismas metas: en este caso el atesoramiento, con medios propios. Como el lema que exponía no sé qué Compañía Aérea en la entrada al aeropuerto: "el mayor riesgo (significativo) de sufrir un accidente por viajar en avión ha sido llegar hasta aquí".

Mucha suerte :-)


domingo, 11 de diciembre de 2011

Síndrome post vacacional

Tras el macro puente festivo que acabamos de terminar, viene una semana completa, sin descanso. Se trata de un excepcional "globo sonda" de lo que a nivel anímico nos podamos encontrar tras los días de Navidad, Año Nuevo y Reyes.

En realidad, cada uno vamos a manifestar una sintomatología emocional diferente, a ninguno nos dejará indiferente el cambio. Si una semana con dos festivos nos alcanza, imaginad lo que puede conseguir tres fines de semana consecutivos emocionalmente impactantes.

Y sólo una solución preventiva: "llegar al viernes (o víspera del festivo) con la sensación de que podríamos haber seguido un día más trabajando si hubiera sido necesario". En esencia (y en negativa), evitar experimentar un alivio extraordinario el primer día festivo. Por ejemplo, trabajar el sábado por la mañana (¿?).

De esta forma, uno quiere que llegue mañana (lunes) para poder hacer tantas cosas como se quedó con ganas de hacer el día laboral anterior.
Buen lunes.... :-)